sábado, 9 de abril de 2016


No escribir podría ser un viaje a ver a tu madre que está muriendo en el geriátrico pero cuando

llegás está viva.

No escribir es tener una peluquería y que tus amigos sanos te visiten.

No escribir es cuando a los hombres no le crecen tetas.

No escribir es cuando tu abuela no te lastima con el peine.

No escribir es no creer en la revolución.

No escribir es irte a tiempo.

No escribir podría ser como vivir en un pueblo sin conocer al enterrador.

No escribir es estar bien en Berlín.

No escribir es separar tu historia de la de tus cigarrillos.

No escribir es cuando el taxista que te lleva no se parece al anterior.

No escribir es recordar a todos tus amores.

No escribir es desconocer la historia del amo.

No escribir es mantenerse lejos de lo que no se ve.

No escribir es responder el mensaje.

No escribir es dejar librado al azar lo que se considera importante.

No escribir es seguir mirando los pies como si no se transformaran en rodillas.

No escribir es no haber pasado los fines de semana de la infancia con las tías más viejas.

No escribir sería ver sin vidrios de por medio.

No escribir es sentarse a media noche cerca de una puerta que no suena.

No escribir es no contar el paso de las horas.

No escribir podría ser ofrecer una cama.